Siempre me ha fascinado la teoría de los espejos, esa que dice que lo que vemos reflejado de nosotros mismos en los demás nos ayuda a conocernos mejor. Me pasa a menudo viendo jugar a mis hijas: reconozco en ellas mi forma de hablar, de decirles cómo deben de comportarse, de regañar… Lo que veo a veces me gusta y otras no tanto, pero me sirve para conocerme mejor (aunque a veces eso sea duro). No quiero ponerme muy filosófica, pero es algo que me parece fascinante. Y viendo estas fotos que hicimos hace unos meses en el Embalse del Negratín me doy cuenta de que también podemos aplicarlo al Geoparque.
Me explico: las fotos muestran parte del paisaje de esa increíble zona del norte de Granada y su reflejo, a modo de espejo, en el agua. La imagen que nos devuelve el espejo es la de un paisaje espectacular que se ve todavía más increíble aún por ese efecto que duplica la imagen. Y eso me lleva a pensar en la dichosa teoría de los espejos: la imagen que nos dan los demás de nosotros mismos nos ayuda a conocernos. De un tiempo a esta parte se ha puesto en valor el maravilloso paisaje que tenemos alrededor y, en cierto modo, han tenido que venir de fuera para ponérnoslo frente al espejo. A lo mejor estábamos demasiado acostumbrados a verlo y no le dábamos la importancia adecuada. Pero mirad estos espejos: ¡es algo realmente extraordinario! Vamos a disfrutarlo.