¡Qué agradable nos resulta a los urbanitas (aunque sea de ciudades pequeñas) salir al campo y toparnos con un rebaño de ovejas! El pastoreo había sido históricamente una de las principales actividades económicas de nuestra provincia y, aunque el número de pastores se ha reducido muchísimo en los últimos años, todavía es fácil encontrarse con alguno de ellos en cualquiera de las rutas de senderismo que puedes hacer en el territorio del Geoparque. Yo capté unas imágenes hace ya unas semanas en una ruta que hice por el Mencal, el cerro que se ve desde casi cualquier punto de la Hoya de Guadix y al que se puede acceder desde el pueblo de Pedro Martínez. Ese día fui solo, acompañado únicamente de mi cámara para captar algunas de las impresionantes vistas de Sierra Nevada que se tienen desde allí. Y en el camino me topé con este maravilloso rebaño de ovejas vigiladas, cómo de no, por avispados perros que no dejaban despistarse a ninguna y guiadas por su pastor, un entrañable señor con el que tuve el honor de compartir un rato de sabia conversación en el que me desveló algunos secretos de esa zona.
Claro que las zonas rurales deben de estar abiertas al desarrollo. De hecho, hay muchas iniciativas punteras con interesantes proyectos I+D+I. Pero tampoco debemos olvidar el sector primario con actividades como el pastoreo que, además de ser una tradición que forma parte de nuestra identidad como territorio, son una oportunidad económica a tener en cuenta, tal y como demuestra el sello “Cordero segureño”, un poco más al norte aún de mi encuentro con este simpático rebaño. Es una reflexión personal, pero quería compartirla.